A través del presente trabajo se busca dar paso al nuevo enfoque de
economía social propuesto en el actual marco jurídico venezolano y realizar un
conjunto de observaciones al viejo modelo capitalista.
Venezuela es un país con un alto potencial energético, humano y natural;
desde la llegada de los españoles, y con la primera empresa Guipuzcoana se dan
los primeros pasos a lo que sería la economía colonial.
Es en la primera mitad del siglo XX, luego de toda una historia de
violencia y atraso, cuando el país se perfila atractivo para los grandes
capitales, el mene se convierte en el dorado por excelencia y enciende la
codicia de muchos.
La bonanza petrolera trajo esperanzas, pero también sinsabores. Los
efectos aún los sufrimos en la actualidad, nos convertimos en una sociedad de
riqueza fácil, frívola y amantes del sistema capitalista.
El mundo empresarial hoy sufre cambios, la crisis del modelo capitalista
es evidente. Por esta razón, nacen alternativas que buscan una salida al
problema. Los movimientos izquierdistas en esta primera parte del siglo XXI son
signos de que tiempos turbulentos vendrán, pues choque de poderes e intereses estarán
en constante pelea.
La ética y la moral, ante estos escenarios, se hacen urgentes y
prioritarias, la humanidad debe apelar a estos dos elementos abstractos, pero
que en la praxis condicionan el comportamiento de los hombres y mujeres.
Sólo Dios sabe, así afirman muchos; mas con el mazo dando y a Dios
rogando, porque no podemos quedarnos de brazos cruzados ante los cambios que
hoy necesita el mundo.
Primeramente pasemos a definir el término gerencia. Podríamos afirmar
que gerencia es un ámbito de las
ciencias de la administración que consiste en dirigir y proponer líneas de
trabajo dentro de una empresa, compañía o afín
para lograr el máximo rendimiento y calidad total.
Dentro de cualquier empresa, la gerencia representa un cargo, así en el
portal web monografías.com, en un trabajo enviado por Jonathan Villasmil
(2006),se expresa que la gerencia es un cargo que ocupa el director de una
empresa lo cual tiene dentro de sus múltiples funciones, representar a la
sociedad frente a terceros y coordinar todos los recursos a través del proceso
de planeamiento, organización dirección y control a fin de lograr objetivos
establecidos.
En este sentido, podríamos dar por sentada ya la definición de gerencia.
Ante estas premisas es menester hablar del contexto histórico de la gerencia en
Venezuela.
Venezuela, un país monoproductor, su principal recurso es el petróleo;
para nadie es un secreto que a partir
del siglo XX, comienza la explotación petrolera y, con ello, la inversión del capital
privado extranjero. Así pues todo lo relacionado con empresas y actividad
económica tuvo su asidero para traer “el desarrollo” y convertirse en un país
con una virtual prosperidad.
En razón de todas estas circunstancias, el modelo económico capitalista
se instaló, dentro de todas las líneas gerenciales; encontramos durante todo el
transcurso del siglo XX, grandes inversiones de empresas extranjeras y
nacionales lideradas por pequeñas elites. Se desprende así, que los gobiernos
de turno estuvieran en sintonía con los grandes gerentes capitalistas en la
toma de decisiones del país. Prácticamente el papel mediador y regulador del
Estado (Como principal gerente) quedaba relegado a un segundo plano. ¿Vaya
forma de gerenciar no?
Es así como el ideario cultural en materia administrativa, ponía el
cargo de gerente en el puesto más alto y de mayor prestigio. Hasta
lingüísticamente, el venezolano y la venezolana de a pie soñaban con ser
“chivos”, es decir, gerentes.
El lingüista Ángel Rosenblat, en su libro Buenas y Malas palabras, explica
que hubo un tiempo de tanta bonanza petrolera, que todo el mundo quería que lo
pusieran en su cambur. ¿Cambur? Pues es evidente que Rosenblat se refería a un
buen puesto laboral y el ideal, claro está, era el de gerente.
La cultura del petróleo, toda la actividad económica, que tenía como
elemento motivador al oro negro, entronizaba el puesto de gerente, lo elevaba a
un máximo nivel. El finado don Arturo Úslar Pietro, en voz de alarma, a tan
desmedido bochinche petrolero, pidió al país sembrar el petróleo. Muchas son
las interpretaciones que se le pueda dar a esta visionaria frase, pero, por
supuesto, el modo de gerenciar al país en todos los niveles, desde empresas al
Estado, también tenía su cuota, la gente, el pueblo, estaba dirigido, liderado,
por personas ineficaces e ineficientes, producto del amancebamiento con el
modelo capitalista y de la insensibilidad social. Sin embargo, estos aspectos
apuntan a un plano más ético y moral, términos de los que hablaremos más
adelante.
Lo importante es discernir y reflexionar en el hecho petrolero y su
impacto dentro de la actividad gerencial en nuestro país, que a decir verdad
deja mucho sinsabor y arroja resultados desalentadores. En fin, la gerencia
venezolana, llámese Estado o capital privado, falló gracias a esa sed y
avaricia que caracterizan a todo el que comulga y promueve el régimen
capitalista y neoliberal.
En esencia la empresa pública es la que pertenece al Estado, es decir,
el Estado invierte de su capital para desarrollo de empresas que buscan el
bienestar social de una nación. Sin embargo, el modelo capitalista, a través
del Fondo Monetario Internacional (FMI), durante la década de los 80 y 90,
fustigó el modelo de empresas públicas para tomar como bandera la
privatización; tal es el caso argentino reciente, con el presidente Dualde, que
generó una crisis tan severa que hubo cambios de gobierno en más de una
ocasión.
Asimismo, en nuestro país, durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez,
se tomó una medida similar, que llevó a los tristes y horrorosos días del 27 y
28 de febrero del 89. Por tanto, podemos concluir que la privatización es un
mecanismo dominador que busca restarle poder e intervención al Estado, para
así, al libre albedrío, permitirle al capital privado reproducir sistemas
dominadores de explotación, donde los más afectados serán los pobres.
En este sentido, para ampliar la visión de empresas públicas,
bosquejemos las siguientes características:
- Su
capital pertenece al Estado.
- Buscan
satisfacer una necesidad de carácter social.
- Pueden
tener o no beneficios económicos.
- Representa
al sector público de la economía.
- Es un
medio usado por el Estado para intervenir en la economía.
- Su poder
económico es grande, no solo en lo monetario, sino que promueve mayor
participación del estado en la
generación del producto interno bruto (PIB).
- Genera
mayor número de puestos de trabajos directos.
- Establece
alianzas con sectores productivos privados importantes.
Dentro
de la creación y funcionamiento de la empresa pública se dan una serie de pasos
importantes a citar:
1.- Conformación: Integrada por organismos del Estado que hacen parte del quehacer
político, esto quiere decir que la podrían integrar desde la presidencia de la
república hasta entes parroquiales.
2.- Régimen legal: Sus actos están monitoreados y regidos de acuerdo con las leyes de
funciones públicas. Actualmente todos se encaminan y se proyectan a la creación
de un modelo socialista que responda a los intereses de los más necesitados,
partiendo de los principios democráticos de participación y protagonismo.
3.- Medición de resultados: No se miden a partir de la plusvalía o utilidad, sino a partir del
efecto operativo e influencia que ha tenido dentro de las comunidades. La contraloría
social, ente propio de este nuevo modelo, se encarga de disponer del grado de
calidad de los programas y proyectos de la empresa pública.
4.- Relación entre inversión y resultados: No hay relación entre inversión y utilidades, lo importante es saber el
grado de bienestar y satisfacción del pueblo. Las Empresas de producción social
son muestra fiel de esto, pues a partir del excedente de la inversión, se
destina un fondo destinado a satisfacer las necesidades de la población en
general.
5.- Mercado y precio: no hay mercado con precios, cuyo precio se regule. Aquí lo importante es
el buen servicio al pueblo y, en caso de ser cobrado algún servicio, dejarlo al
menor costo.
6.- Control: Las empresas están sometidas al control social, organizado entre los
mismos ciudadanos y ciudadanas y sectores vinculados a la procuraduría y
defensoría del pueblo.
7.- Régimen laboral público: Esta regido por la ley de funcionarios públicos, el puesto de trabajo
se da por nombramiento y la relación laboral se da por adhesión.
8.- Duración: No puede suspender sus actividades por ningún funcionario a su cargo,
sólo la ley está autorizada para tales fines.
Así pues las empresas públicas también están regidas por una
administración, cuyo órgano encargado es el Estado a través del poder
legislativo. La Asamblea Nacional
discute reglamentos y leyes, aprueba presupuestos, proyectos y programas. El
ejecútese lo da el poder ejecutivo.
Dentro de las funciones de la administración pública, la ciencia del
Derecho distinguen las siguientes:
-
Naturaleza del órgano: Aquí la función social se considera de orden
público, con la intervención de una autoridad soberana.
-
El fin buscado: Es muy antiguo y de mayor simplicidad. Data del
derecho romano.
-
La fuente inmediata: Toma en cuenta el medio jurídico del que emana el
acto administrativo.
Las empresas privadas son organizaciones de inversionistas, quienes en
conjunto ponen un capital o acciones para obtener ganancias e invertirlo de
manera continua. La empresa privada busca desarrollar políticas y líneas de
acción dentro de lugares que le son productivos.
Éstas son los bastiones de los sistemas económicos neoliberales, la
empresas privadas buscan por sobre todas las cosas el lucro, la ganancias; los
tratados de libre comercio (TLC) se valen de la empresa privada para avasallar
a los pequeños y medianos empresarios, es decir, los grandes capitales son los
que se imponen, así mismo los inversionistas tienen la potestad de demandar al
Estado en caso de que éste promulgue alguna ley o decreto que vaya en contra de
las inversiones que realizó.
Dentro de sus características encontramos:
- El
capital es propiedad de inversionistas.
- Buscan un
beneficio económico a través de la satisfacción de alguna necesidad.
- Su
actividad está dentro del sector privado el cual se diferencia del sector
público.
- Asume los
riesgos que puedan ocurrir dentro de alguna actividad económica.
- Pertenecen
a individuos particulares.
- Pueden
vender acciones en bolsa.
- Maximiza
los beneficios que obtiene de la venta.
Ante todo este enredo y luchas del capitalismo contra el socialismo,
surge a propósito el término ética. Desde la antigüedad, la ética ha sido
considerada un elemento determinante dentro de las dinámicas de las relaciones
humanas y sus procesos. Ética, del griego Ethos, que significa costumbre. La
ética, desde tiempos de Sócrates, tuvo su influencia dentro de su sociedad.
No obstante, al hablar en los actuales momentos de ética debemos
circunscribirnos a una serie de circunstancias, que ponen de manifiesto un
conjunto de consideraciones de orden filosófico, político y social.
En primer lugar, todas y todos tenemos una ética, desde el gerente,
sacerdote, hasta el cepilladero o delincuente; en este sentido, la ética cubre
todos los aspectos y espacios, por ello, no podemos calificar de buena o mala
ética, ya que esta va más asociada a un acto de voluntad.
De este mismo modo, debemos afirmar que la ética corresponde a un bagaje
de valores, compartidos por un grupo determinado, de allí, quien incumpla con
éstos sería anti-ético. Muy unido a ética, hablamos del término moral, que
etimológicamente equivale a costumbre, pero se diferencia de esta otra porque
la moral llega a planos más particulares, cada quien tiene una moral, va a un
plano subjetivo. En cambio, la ética aborda un campo más científico, es más
objetiva y cuenta con el consenso.
Veamos más a detalle algunas diferencias entre ética y moral:
1.- La ética aborda científica y filosóficamente la
moral, es teórica, mientras que la moral es práctica.
2.- La ética
responde a la conciencia, la moral a un conjunto de reglas referidas al
comportamiento.
3.- La ética se fundamenta en la razón, la moral se
apoya en las costumbres.
Retomando el caso de los delincuentes, en caso de su ética y moral,
podemos decir que por su puesto que la tienen, pero adaptada a su conjunto de
valores y reglas; por ejemplo, dentro del ámbito hamponil el ser “un sapo”
sería una actitud anti-ética.
Ante lo expuesto, aseveramos que dentro de los valores existen los
valores compartidos y los valores no compartidos; el caso del malandro se
encuentra entre los valores no compartidos, ya que existen y son reales y es
una norma y, por supuesto, infrigirlos dentro de su espacio sería romper ese
acuerdo.
A
todas estas, ¿qué es un valor? Por ello, definimos valores como la manera en
que se aprecia a una persona, cosa o situación. Son jerarquizables y los seres
humanos los persiguen por considerarlos valiosos.
En Wikipedia (2006) aparece: “Se denomina valores al conjunto de pautas
que la sociedad establece para las personas en las relaciones sociales. Su
estudio corresponde a la
Axiología , una rama de la Filosofía , y de una
forma aplicada pueden ocuparse otras ciencias como la Sociología , la Economía y la Política , realizándolo de
maneras muy diferenciadas”.
Los valores varían de acuerdo con los contextos, por ello, cabe
preguntarse: ¿existen los valores?, ¿serán los valores relativos?
Hoy debemos incluir a mujeres y hombres, la igualdad y equidad de género
debe prevalecer. Por ello, manifestamos que la moral no tiene sexo, se
encuentra por encima de todo, se tiene o no.
La naturaleza gregaria del humano lo lleva a tomar las riendas de su
futuro y en este sentido aún la ciencia ni los avances han logrado acabar con
los problemas del mundo. ¿Será que el problema radica en la moral?
En cierto punto, la moral tiene todos los colores y distintos contextos,
por ejemplo, en Inglaterra Sir Elton Jhon contrajo nupcias, pero con su novio;
mientras que en nuestros pueblos sería aberrante hacer un acto de este tipo.
Igualmente, en Medio Oriente aún apedrean a las mujeres infieles y las obligan
a cubrirse el rostro; en nuestras tierras las jovencitas entran con blusas muy
escotadas a escuchar la santa misa. ¿Quién es más culpable?
El mundo actual está en crisis, los sistemas están agotados y no hay
otra alternativa que apelar al poder divino. Y sin caer en maniqueísmos y
discursos fanáticos, volvemos a plantear que las ciencias duras ni avances han dado respuestas certeras, es el espíritu,
creado por un ser supremo, la posibilidad que tenemos para subsanar los vicios
que nos embargan.
No obstante, la religión es una cantera de la que muchos, en mala hora,
se han aprovechado para manipular y
dominar; por ello, se escudan en planteamientos seudo espirituales para
lucrarse. Hacia dónde va la moral, si hasta con cuestiones sagradas han querido
hacer mal.
Mal o bien, dos elementos que a través del tiempo han luchado. Así la
humanidad se ha replanteado escenarios para crear y recrear su entorno. Pero es
en la fe donde encuentra una disyuntiva. El materialismo ha acabado con las
manifestaciones más puras del ser humano y el plano espiritual y trascendental
se relegó, por ahí dicen que se ha perdido la fe; en cierto modo, ha habido por
una parte decepción, mientras que también por la otra se han dado fuertes
ataques que van en contra de las manifestaciones de fe.
Pero en realidad qué buscan… pues si bien es cierto que el fundamentalismo
no es bueno, tampoco el ateísmo y satanismo lo son. Posiciones extremas llevan
a socavar los principios y valores humanos universales como la vida y el amor.
Es en este último donde se ha dado una carencia total, la ausencia de amor ha
flagelado todo el sistema de relaciones humanos.
Sin pretender hacer un tratado de ética cristiana y filosofía socrática,
la idea que proponemos en todos los niveles y modos de vida es que a través del
amor, “ese que todo lo da, todo lo soporta, todo lo perdona” (I Corintios: 13)
podemos encontrar una alternativa para paliar los problemas.
Es a partir de estos principios de amor, en los que se basa la
fraternidad y la vida comunitaria. El cristianismo, una tendencia muy difundida
en el mundo occidental, tiene su objetivo y razón de ser en el amor, que a
diferencia de otras manifestaciones religiosas , tiene también bases en la
libertad.
Amor y libertad, seguidos muy de cerca de la justicia, el hombre y la
mujer, niños, niñas, todos y todas, tienen la obligación de amarse, pero como
Freire (1994) asegura:”Solo se enseña a amar amando”. Nuestro sistema de creencias, aunque por
distintos caminos, deben apuntar a tres objetivos: amor, libertad y justicia.
La responsabilidad social y la ética profesional son complementes
inherentes a la labor diaria del quehacer humano. Debemos tener presentos
objetivos claros, que vayan en función del bien colectivo.
En este caso, la actividad empresarial, tanto pública como privada, debe,
por sobre todas las cosas, cumplir con la gente, esto implica tomar iniciativas
en materia de asistencia social como salud y educación, así como también en ambiente y desarrollo endógeno.
La hora del lucro avaro se acabó, es necesario que el pueblo se
independice y se libere. Lanz (2005) se refiere al nuevo sistema económico
social como un mecanismo que se basa en la necesidad colectiva y no en el
mercado, no en el capital, pues “la prioridad no es cuanto dinero genere o no
un mercado o que consumidores hay, sino que la economía social se centra a
partir de la necesidades básicas de ese colectivo”.
En este sentido, los programas sociales de las misiones en materia de
salud han tocado la sensibilidad de muchos médicos, que antes ni soñaban con
meterse en un barrio, ahora con la incursión de los médicos cubanos, sirvió de
estímulo para que un buen número de médicos venezolanos se integraran poco a
poco a esta labor.
De hecho programas como Barrio a Barrio, del gobierno regional zuliano,
lo avalan así. En efecto, la ética profesional debe ser a todo terreno. Debemos
quitarnos de la cabeza ese elitismo y menoscabo por lo que parezca o huela a
barrio, el profesional en cualquier nivel debe ser sensible, y esa sensibilidad
es garantía de su responsabilidad social y, por ende, de su ética profesional.
Aunque eso comienza desde la universidad, la universidad debe formarnos
no para obtener un título para luego ganar dinero, sino formarnos para
construir el nuevo ideario y cultural del país.
Sabemos que la situación es fuerte, pero, como lo apuntábamos en el
punto pasado, con una buena dosis de amor, libertad y justicia; ahora bien,
nosotros debemos crear los mecanismos para que estas condiciones se den, porque
de otra manera, sería pólvora en zamuro gastar líneas en disertaciones sobre
ética y moral.
No cabe duda de que este sistema económico hay que cambiarlo para buscar
una alternativa que vaya en función de lo humanitario y no de lo capital.
No cabe duda de que la crisis social generada en todo el mundo se debe a
una carencia de amor, libertad y justicia. Es bien importante educar en el amor
y para la paz. La violencia, la exclusión, la irresponsabilidad, el
individualismo, son valores no compartidos, que se contraponen al sistema de
valores compartidos. En todo caso, se ve afectada por tales motivos la moral y
ética de la sociedad.
No es para menos, un sistema económico que reprodujo la miseria y
competición entre débiles y fuertes, ricos y pobres, feos y bonitos, tiene como
corolario una explosión en todo el mundo.
Ataques terroristas, movimientos armados, guerras, hambre, destrucción
son el producto de un modelo neoliberal salvaje, que sólo favorece a unas
minorías. Desde Latinoamérica vienen resonando varias voces que luchan por la
liberación de los pueblos más pobres y débiles.
Pero es el ámbito individual y comunitario, donde debemos reforzar los
valores, aunque a decir verdad no hablamos de valores, sino de un conjunto de
compromisos y acuerdos que entre todos y todas debemos cumplir. En esos términos
podemos hablar de liberación.
Ya el modelo vertical de gerencia murió, ahora hablamos de la
horizontalidad como sinónimo de igualdad y equidad. Desde Venezuela, se viene diseñando una
plataforma de desarrollo que nace desde adentro, aunque depende en gran medida
del grado de madurez de la gente de que éste tenga éxito o no. Nuestro sistema
apenas nace y se dibuja como una alternativa ante la crisis, ya queda en
nuestras manos ponerle el agregado para que se robustezca y fortalezca.
Quien siembra vientos… Ya el resto lo sabemos, el modelo capitalista
agoniza, está desesperado. Es hora de que la gerencia en nuestro país pase de
ser un mero sueño y puesto de estatus a una responsabilidad compartida.
Olvidemos los cargos y pongámonos en la línea colectiva, pensemos como equipo y
en vez de un cargo, asumamos una posición, una responsabilidad.
Por supuesto, se urge que este compromiso sea colectivo y vaya en
función del bienestar social, vivir en abundancia, pero en una abundancia de
valores, en el cual moral y ética sean los modelos a seguir y el ser humano sea
el centro. Ya basta de pensar dime cuánto vales y te diré quién eres, es hora
de dar el todo por el todo sin esperar nada a cambio. ¿Será posible esto alguna
vez?
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